En el terreno educativo la
autoridad está por todos lados. Se la rechaza, se la teme o se la desea, se
lamenta o se combate, se afirma que faltan autoridades o que sobran, se
denuncian sus excesos o su mesura. Esta rara omnipresencia de la autoridad en
el campo problemático de la educación exige sistematizar el análisis de sus
rasgos predominantes.
La autoridad es un vínculo
emocional, relación que para formularse requiere una dosis necesaria de
imposición. No hay autoridad sin imposición, como tampoco hay relación
pedagógica sin autoridad. La imposición que constituye toda enseñanza o toda
voluntad de educa, se basa en la autoridad.
La autoridad implica una
voluntad de provocar algo en el otro, suscitar o influir.
Los diagnósticos pedagógicos que lamentan la pérdida
de respeto y de autoridad, suelen confundir temor con autoridad que no siempre
es intercambiable.
La
fantasía de un mundo sin autoridad entraña riesgos: en el fondo, el de un mundo
sin conexión. Un mundo plenamente autónomo, casi psicótico. Un mundo en el que
unos no advierten el estado de los otros. Un mundo de auto engendrados. La
individualización de la acción y las formas del narcisismo contemporáneo
suponen un problema en el vínculo de la autoridad.
Las
imágenes de la escuela como un lugar violento se han multiplicado recientemente
en los medios y en la opinión pública. Así los padres y docentes suelen estar
razonablemente de acuerdo en que la escuela es conflictiva. Si bien la génesis
de esta conflictividad se revela como sumamente compleja, creemos que buena
parte de su dinámica puede explicarse haciendo referencia a la noción de
autoridad y al modo en que la misma se pone en juego en el marco de los
conflictos escolares.
De
acuerdo con Gabriel D. Noel:
“La autoridad es una relación y una construcción de todos los actores
implicados en ella, más que una imposición unilateral y automáticamente
efectiva de una instancia dominante sobre una subordinada”
Excelente Blog !!! muy útil tanto para docentes como para padres!
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